lunes, 4 de octubre de 2010

Monterrey



Hablando de futbol para mí es inevitable empezar hablando por este equipo: el Club de Futbol Monterrey de la Liga Mexicana.

Como mencioné en el post anterior mi afición a este equipo es como mi religión: decidida primordialmente por ubicación geográfica y el ambiente que me ha rodeado. Es decir, si hubiera nacido en el D.F. (Dios me libre),tal vez fuera Cruz Azulino, o Águila o ya con mucha mala suerte,del Necaxa. Pero no, nací en Monterrey en el seno de una familia rayada y por éso soy Rayado.

Estas historias de enamoramiento empiezan siempre en el estadio. De la misma manera en que tu artista preferida se ve más buena en persona que en la televisión,la emoción de estar viendo un partido no es la misma si no la vives rodeado de 25 mil energúmenos que gritan, lloran, beben, abuchean, ríen, festejan. Todos se creen directores técnicos de tribuna, criticamos señalando los errores como obviedades que es imposible creer pasaran desapercibidas para el DT, amenazamos de muerte impunemente al árbitro, a sus abanderados, y de sus respectivas madrecitas nos encargamos de que por lo menos hoy no queden enterradas en el olvido.

Y sin embargo no recuerdo mi primer partido. No sé si por culpa de la edad, del desinterés hasta cierto punto normal en un mocoso de 5-6 años o si el partido era sumamente aburrido. Tengo esbozos de recuerdos: un partido en la tribuna de Sol en el que le vomité la espalda a unos jóvenes que estaban sentados enfrente de nosotros (para terminar vomitando también el vochito de mi tío César), la final del campeonato 92-93 que perdió el Monterrey asombrosamente en nuestro estadio, una playera del Monterrey que por la oscuridad y las prisas,me equivoqué de número... (yo quería la del Pibe Verdirame, número 11... terminaron comprándome la 17 del Tato Noriega).

En fin, que mis visitas al estadio eran frecuentes. En un momento determinado empecé a memorizar las alineaciones, a aprenderme el Himno del equipo, a leer el periódico y escuchar en la radio las transmisiones de los partidos. Empecé a enamorarme del equipo cuando no me daban muchas razones para hacerlo.

Si uno escucha a un aficionado promedio de los clubes regiomontanos sin estar enterado del entorno y del contexto del futbol en la ciudad pensaría que son los dos clubes más importantes en el país. Y tal vez en el mundo. Cuando la realidad es que son dos clubes medianeros con pocos logros en muchísimos años de historia, que a veces enfrentan problemas de descenso, a veces clasifican, a veces (muy a veces) llegan a una Final. Pero no es regla que la ganen.

Monterrey tiene 3 títulos de Liga, 2 de ellos desde que se implantó el formato de Torneos cortos... y uno debatible con la afición felina puesto que fue en el Torneo México 86 poco antes del Mundial de futbol.

Los Tigres tienen 2 títulos de Liga, en el 78 y en el 82. Ambos conseguidos con una generación extraordinaria (dicen) de futbolistas y comandados por un DT verdadero apasionado del futbol local. Desde entonces no han ganado una Final y sí han perdido dos.

Dentro de la irregularidad y mediocridad del futbol nacional, los Tigres y los Rayados enarbolan esos dos términos como definición propia.

Y sin embargo dudo que en otro lugar en el país se genere tanta pasión, haya tanta difusión mediática sobre el deporte, los futbolistas, CUALQUIER dato que involucre a los dos equipos. El pueblo espera los partidos, los consume y los rumia pacientemente los siguientes 8 días hasta que los pueda ver de nueva cuenta. Y los dos equipos generan un apasionamiento y una rivalidad incesante.

Ser rayado es ser antitigre y viceversa. Es atacar uno al otro apoyándose en los datos más endebles, en intentar justificar y argumentar una superioridad inexistente e irrelevante.

Siendo o mejor dicho, intentando ser un ente razonable, intento escapar a esos enfrentamientos...

pero el día de hoy me doy cuenta que por más que lo intente no creo ni quiero lograrlo.

Hoy el Club de Futbol Monterrey está en la lista de la IFFHS en el lugar número 55, siendo el 2º equipo mexicano mejor ranqueado.

Está el Cruz Azul en el 46; Monterrey en el lugar 55; Toluca, 97; Santos, 108; Chivas, 160; Pachuca, 167; Morelia, 198; Pumas, 250.

Y los Tigres, ni sus luces.

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