jueves, 14 de julio de 2016

Random ramblings


Dicen constantemente los enterados y conocedores del tema que primero tiene que estar bien uno. Dicen también que las cosas llegan precisamente cuando no estás buscándolas. Dicen que se debe buscar a alguien que te complemente. No especifican que tan diferente o que tan similar debe ser a ti. Hablan de "complementar" como si se tratara de una receta de cocina. 

Me permito diferir. Nunca he estado bien. No creo que una persona en su sano juicio y poseedora del mínimo intelecto pueda aseverar con total y completa seguridad que está bien. Estamos que ya es ganancia. Aspiramos a cierta estabilidad pero siendo como somos y teniendo la cabeza tan llena de mierda como la podemos tener, no creo que podamos aspirar a decir otra cosa que "más o menos". ¿Cuál es el caso entonces de esperar a llegar a ese utópico estado mental en el que los planetas se alinearon y estamos c o m p l e t o s? Aún a pesar de que dentro de esa suficiencia/completitud, todavía nos falta a l g u i e n. Como que algo hay ahí que no cuadra.

Las cosas llegan cuando llegan, independientemente si las buscamos o no. Supongo que estadísticamente hay mayor propensión a encontrarlas cuando -vaya descubrimiento- las estamos buscando. Nada te cae del cielo. El amor no se trata de suertes, bendiciones o magias. El amor -creo yo- es circunstancial. Las circunstancias que nos orillan a estar juntos hoy, tal vez mañana sean diferentes. Aún cambiando las circunstancias, también las personas cambian. Entonces estar junto a alguien sí que es un accidente. Entiéndase "accidente" como un suceso eventual que altera el orden regular de las cosas. Puedo decir que son los accidentes más hermosos que me han pasado aún cuando a veces apenas he salido con vida de ellos.

Pudimos haber pasado la vida entera sin saber de la existencia de esa persona cuya misma existencia ahora nos pesa. La serie de (nuevamente) accidentes del destino que llevaron a que dos personas dentro de las miles de millones que habitan este planeta se encontraran en un mismo espacio y tiempo, se hablaran, se comunicaran, empatizaran y se besaran es tan casual que resulta difícil considerarlo coincidencia. Hablo entonces de pesar sin la connotación negativa... aunque a veces la posea. Estar y compartir(se) con alguien implica abandonar la comodidad de sí mismo. Es abrirle las puertas a otra persona junto con sus ideas, morales, éticas, prejuicios, temores, virtudes, defectos, traumas, sueños, motivaciones y miedos. Es una decisión ilógica, a todas luces estúpida. Sin embargo, es la única decisión que le brinda sentido a todo lo que ocurre. Nunca se está tan seguro de nada como cuando se ama. 

Entonces. No estoy bien pero qué importa. Si buscaba o no, es irrelevante. El amor es un accidente, sí pero me interesa más lo que es que la causalidad. Las circunstancias hoy no son las más propicias. Tal vez mañana sí. Entonces, mañana nos vemos.


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