miércoles, 3 de agosto de 2016

Claro que te quiero coger

Hasta la pregunta es estúpida. Por supuesto que quiero acostarme contigo. Lo supe desde la primera vez que te vi. Supe que quería acostarme contigo por lo menos una vez. Una vez para probar el cielo, para sentir que había vivido por algo, que andaba sin buscarte pero sabiendo que andaba para encontrarte, etcétera.

Aunque tal vez una sola vez sería demasiado poco. Mejor que me cayera un rayo al terminar o, mejor, en la mañana cuando tú tuvieras que irte y antes de que yo saliera rumbo al trabajo. Qué mejor forma de morir que realizado y satisfecho, antes de que llegue la inevitable decepción. Qué importa lo que venga después. No es que me quiera morir pero qué vida de mierda si implica seguirla sin ti.

O mejor no te vayas y sigamos acostados. No necesitas estar despierta. Se entiende mal ésto y por éso aclaro: quiero seguir acostado contigo después de coger. Si me dejas abrazarte, bien. Si estás despierta, mejor. Prometo ir a lavarme la boca antes de que despiertes. Prometo tener planes para desayunos. Si te preparo el desayuno, ten por seguro que ya soy tuyo. (Spoiler alert: te prepararía el desayuno. Al menos la primera vez).

Quiero coger contigo pero de una forma sublime, trascendental. Que sea de forma literal pero también metafórica. Que sea físico y mental, vaya. Las mejores cogidas que me han metido y viceversa han sido sin necesidad de meterla.

Es que claro que te quiero coger. Ya sé que es repetitivo que lo diga. No es lo único que quiero hacerte. Ni siquiera es la prioridad. Puedo sobrevivir "cogiéndome" solo -porque lo he hecho hasta ahora-. Puedo esperar, no hay ningún tipo de prisa. Mi prioridad sería preparar todo para ese día. Por decirlo de cierta manera: compenetrarnos sin necesidad del pene para que todo sea mejor y más profundo. Sin albur.

Quiero que quede claro: te quiero coger. Quiero que quede algo todavía más claro: te quiero querer todo el tiempo que sea posible.

1 comentario:

  1. A veces vivimos en la tormenta para encontrar la calma. Ojalá que los demonios se encuentren y la hagas temblar "como la luna en el agua".
    Un abrazo.

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