domingo, 11 de junio de 2017

Tampoco cambiamos tanto.

Me la vivo hablando de amor. Qué hueva, ¿no? Me da un poco de pereza ser tan monotemático pero claro que me defiendo diciendo que hay pocas cosas que valgan tanto la pena como para hablar de ellas en repetidas ocasiones como lo vale el amor. No es que me enamore en muchas ocasiones. Es que tengo el querer fácil y el emocionarme más.

Mi mejor amigo me dijo esta semana que está padre que me sigo enamorando como cuando teníamos 15 años. Él se acuerda de todo éso: la primera borrachera que me puse fue por un "desamor" tonto de una chava con la cual ni siquiera hablaba y con la cual jamás salí. Mis novias a las que les llevaba flores, canciones, poesías y demás pendejadas. Él me dice que sí, está padre porque significa que mi esencia no ha cambiado pero que también implica que no he aprendido nada en todo este tiempo.

Y no. No he aprendido mucho. Al menos no en cuanto a limitarme. Pienso que las cosas las hago de una manera un poco más madura pero tampoco tanto. Sigo queriendo y emocionándome igual.

Me acuerdo de mi graduación de secundaria. No tenía con quien ir. No hablaba con mujeres. En parte por ser quien soy pero en parte también porque estaba en una escuela de puros hombres y no conocía mujeres. Intervino una tía mía y medio que me obligaron a llevar a una prima segunda. Sí, ya sé. No quería ir. Le dije a mi mamá que en serio, prefería no ir. No me la iba a pasar bien. Pero tenía que ir así que fui con esta prima segunda que no era nada mío pero que no dejaba de ser una situación rara e incómoda. No sé para ella pero para mí sí. Creo que hablé con ella 10 palabras. Ella terminó bailando con otro wey que le gustaba a prácticamente todas las chavas que estaban ahí. No me molestó ni me dolió ni me incomodó. Me dio hueva. No quería estar ahí. Pero estuve y todavía me acuerdo. Cosa que estoy prácticamente seguro que ella no.

Han pasado alrededor de 15 años desde entonces y este sábado tengo la boda de uno de mis mejores amigos. Ya hablo con mujeres y creo que hablo bastante bien pero sigo siendo torpe, bobo, cursi y tímido. No se quita fácilmente. No sé si quiero que se me quite. Quería ir con alguien, la invité y había dicho que sí pero luego dijo que no. Sus motivos tiene y no es mi lugar cuestionarla u obligarla. Sí quería ir con ella y solamente con ella. Pero igual tengo que ir a esta boda. Y no creo que sea bien visto ir solo. Tampoco me molestaría.

Mi mejor amiga me consiguió con quien ir. Ni siquiera conozco a la mujer que me acompañará. Esta semana la conoceré porque ya la invité por unas cheves para que no sea tan incómodo el trance. Le dije que qué valiente y ella me dijo que qué valiente yo.

No sé pero en verdad siento que desde esa fiesta de graduación hasta esta boda no ha pasado el tiempo. No es que no haya cambiado tanto. Siento que no he cambiado nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario