miércoles, 1 de diciembre de 2010

Hablando de mujeres y traiciones...




Voy a decir una verdad que pocos hombres nos atrevemos a proclamar en público. Espero no haya consecuencias desastrosas.

Llámenme machista, pero las mujeres no tienen nada qué hacer dentro de un estadio o animando a un equipo si nunca han jugado futbol. Iba a decir que no tienen nada que hacer dentro del futbol aparte de como adorno, pero entonces sí me granjearía unas cuantas enemigas. Aparte de que estaría generalizando.

Pero me explico. Amar el futbol (si es que una cosa así es posible) o apasionarse, que va de la mano, es comprensible solamente desde el punto de vista del que tiene los pelos de la burra en la mano. No puedes valorar la belleza de un cañito, de una chilena, de un tiro de tres dedos que golpea el interior del poste a la derecha del arquero y besa las redes... si no sabes lo complicado que resulta hacer cada una de las anteriores cosas.

Tal vez no sea el mejor símil, pero voy contra el cliché de que los críticos de arte, en cualquiera de sus múltiples expresiones, son artistas frustrados. Sí, Roger Ebert tal vez haya visto más películas que nadie en el mundo y las haya reseñado, y bajo sus criterios subjetivos las califica y las apoya o denigra... ¿pero qué pasaría si él se animara a realizar su propio guión, o dirigir, o actuar, o producir?

Todos podemos ver una pintura, pero no es tan fácil expresar lo que nos hace sentir. Es facilísimo leer (cualquier cosa) pero entender lo que a veces se nos quiere expresar, no tanto. Por éso es más fácil (y barato, pero éso es otro tema) un periódico de nota roja que un libro más profundo.

¿Pero entonces por qué me concentro solamente en las mujeres alrededor del futbol, preguntará alguna feminista furibunda o un pro-derechos de la mujer confundido? Pues porque, bien que mal, en una sociedad como la nuestra TODOS los varones en algún momento determinado desde la infancia han tenido contacto con una balón. Que a algunos degenerados no les haya gustado practicarlo, es otro asunto. Pero un hombre relativamente normal (y los anormales también podemos) le gusta esa sensación de participar de un equipo. De soñar que estamos en el Azteca participando en la Final de la Copa del Mundo, y cada gol equivale a un triunfo sobre la realidad atosigante.

Las mujeres rara vez participan del juego. Y si lo llegan a hacer no es algo que toman en serio GENERALMENTE, aclaro.

Cualquier hombre puede ser Director Técnico de tribuna o de sofá o de lo que sea. Analizar los parados tácticos, qué movimientos deberían de ser hechos, resaltar las virtudes de un jugador y decir por qué el entrenador en turno no sabe nada de futbol. Y nosotros sí.

Una mujer generalmente se queda en emocionarse. Apoyan al equipo del novio en turno, y si ganan festejan como el que más. Hasta pueden utilizar la playera del equipo, proclamar su amor a los colores por cualquiera de las redes sociales disponibles.

Pero no saben lo que es sufrir un descenso como si fuera la muerte misma, los nervios de cobrar un penalti y saberte observado, de ver a tu equipo anotar un gol en el último minuto de la temporada cuando ya no hay esperanzas de clasificar... y festejarlo y gritarlo como si tuviera la más remota importancia.

Y mi tolerancia para con ellas es vasta. Digo, mi novia sabe relativamente de futbol pero no puedo hablar con ella como hablo con mis mejores amigos de futbol. Ni siquiera como cuando hablo con mis peores conocidos, o con el taxista, o con el paciente que tiene tatuado el escudo del Monterrey en el pecho. Y aún así, la quiero y entre mis planes está compartir mi vida con ella (ah neteando...)

Pero lo que me ha colmado el plato son los medios. Si escucho a una mujer comentar de futbol en radio, la siento falsa. Si la leo en Twitter o en Facebook, me controlo para no escribirle que mejor se calle y que no tiene una idea de lo que está diciendo. Si la veo en TV, cuento hasta 10 y pienso que es un adorno con boca y trato de bloquear todo lo que dice.

Estoy desesperado, juro que amo a las mujeres como el que más, las aprecio, las valoro, las consiento y las respeto.

Pero por favor... déjennos el futbol.


1 comentario:

  1. fue una extensión de la plática de anoche, leere seguido lo que escribes con dedicación y queda pendiente las retas 1-1 del FIFA

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